viernes, 27 de enero de 2012

Los cinco por la gratitud

Estoy segura que el mundo daría un giro de 180° si cada uno de nosotros nos tomáramos cinco minutos al día para reflexionar de qué tenemos que dar gracias el día de hoy, y acto seguido agradecerlo con una palabra: ¡Gracias por…!; con un gesto: devolviendo el favor; o con una actitud: corresponder la generosidad de la persona. No por nada la gratitud ha sido una de las virtudes más reconocidas a lo largo del tiempo e incluso hay una festividad en su honor: El día de acción de gracias.
Es un reto: los cinco por la gratitud… Tal vez sientas que no vale la pena, que es un juego de niños, pero al final del mes descubrirás que tienes muchas cosas más cosas que agradecer que no sabías y recuerda, que los niños son los más agradecidos y hay que aprender de ellos. Así que les propongo 30 días, cinco minutos… y ustedes me dirán cómo les fue.

Algunas preguntas que les puedan ayudar:

¿Hoy alguien me hizo un favor?
¿Los eventos que me ocurrieron el día , ya sean buenos o no tan buenos, me ayudaron en algo?
¿He sido ingrato con algo o alguien?
¿Qué es lo que puedo hacer para reconocer y apreciar a las personas que conviven y trabajan contigo? Algo concreto
¿Me pone incómodo expresar gratitud?
¿Cuántas veces al día paso por alto las oportunidades de decir gracias?
¿Soy agradecido con la vida y los dones que me ha dado?




"Hay que echarle sal al mundo"

GRATITUD. Es la virtud por la cual una persona reconoce, interior y exteriormente, los regalos recibidos y trata de corresponder en algo por lo que recibió.

Normalmente creemos que con decir “gracias” basta para ser agradecidos, pero en realidad se trata de una actitud de fondo. No es pagar una deuda o una respuesta automática a un favor. Es saber reconocer la generosidad y buena voluntad de la otra persona y corresponder a ella. La gratitud nace de saber que hemos sido bendecidos por Dios, por la vida, por otras personas, que se nos ha dado algo valioso.
No basta con agradecer lo bueno que nos pasa, hay una especie de gratitud que muchos desconocen y es el valorar las dificultades que se nos presentan, porque estas nos hacen crecer y madurar. Siguiendo el ejemplo de un psicólogo famoso hay que poder decir:

He sido un hombre afortunado; nada en la vida me ha sido fácil. Freud.

Porque qué fácil es agradecer lo que se nos regala, lo que nos conviene, hay que ser valientes para saber reconocer en las dificultades una oportunidad y dar gracias por ellas como se agradece un día lluvioso de la misma forma que se hace por uno soleado. Porque ambos son necesarios.

¿Ahora yo les pregunto: cuál ha sido el momento en su vida en que ustedes han sido más agradecidos? Compártanlo :) Todos podemos aprender de las experiencias de los demás.

Si en la vida tu única oración fuera gracias, sería suficiente: Jabannes Eckhart




"Hay que echarle sal al mundo"

martes, 17 de enero de 2012

Cambiar el mundo ♥



"Puedes cambiar el mundo" de Alejandro Lerner

"Hay que echarle sal al mundo"

La importancia del hombre

“Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.

De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:

-Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie.

Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así.
Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente:

-Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.

Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.

Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz? De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo:

- Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?

-Papá, -respondió el niño;- yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.”

Gabriel García Márquez


No hay mejor moraleja sobre el remedio de la sociedad que ésta. Si se quiere mejorar al mundo, habrá que mejorar al hombre. Seguido se escucha en el radio, en los noticieros, en la prensa, incluso en las conversaciones comunes que el mundo y el país están cada vez peor, que así ya no se puede vivir. ¿Pero qué se hace al respecto? Una sociedad es el reflejo de cada una de las personas que la componen. La singularidad hace la colectividad y no cabe duda que la colectividad influye en las personas. Todos queremos una sociedad mejor, no importa que tan pesimista se sea, porque a final de cuentas ésta nos afecta. Podemos echarle la culpa al gobierno, a los malos sistemas educativos y políticos, a las instituciones, pero a final de cuentas retornamos al inicio. Si no hay hombres de calidad no habrá sociedades de calidad. Por lo tanto, el secreto está en él, en su ser, en su actuar, en su pensar. Si se desea un mundo justo, hay que empezar por ser justos y rectos nosotros. ¿Cómo se logra esto? Volviéndonos hombres verdaderos.

Y qué mejor modelo de hombre a seguir que el del Hombre por excelencia: Jesucristo.

Consciente de que muchos podrán diferir en esto último, les propongo algo. Echen un vistazo a las entradas, léanlas, medítenlas y si tienen algo que debatir, comenten. Todas las opiniones son bienvenidas.

El propósito de este blog no es llenarlos de reflexiones románticas, idealistas y sensiblonas, si no compartir la grandeza del hombre y si es posible darles (y darme) un poco de esperanza de que sí existen soluciones a los problemas sociales y que los poseedores de éstas somos nosotros mismos. Sí aclaro que el tinte es netamente cristiano, lo cual no excluye el humanismo y el realismo. Y tampoco me baso únicamente en mi experiencia, no hay que olvidar que los valores cristianos son un ideal y que hay que luchar por poder vivirlos. Pero, no haciendo el cuento más largo los invito a formar parte de este proyecto, espero les guste y recuerden…

¡Hay que echarle sal al mundo!

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