lunes, 27 de febrero de 2012


De lo bueno, poco...



Comúnmente en los anuncios se escucha y se lee “Evita el exceso” o “Nada con exceso, todo con medida”. Opino que son consejos clave a la hora de actuar. Si no se hace caso de esta regla lo más probable es que se desarrollen los vicios y si se les deja libres como amos de nuestra vida mutan en patologías o manías. Ahora bien, ¿En qué nos podemos exceder…?

En infinidad de cosas: la comida, la bebida, el descanso, los gastos (los comúnmente llamados shopaholics), el sexo, el trabajo, la droga, las apuestas, los videojuegos, incluso en cosas que podrían parecer tan inofensivas como el internet (facebook, chats, etc.).

Hay que saber cuándo un hábito normal se convierte en un vicio o adicción. No siempre lo que más nos gusta es lo que más bien nos hace. Normalmente es una actividad es adictiva cuando se vuelve dañina, cuando nos obsesiona demasiado y no se tiene un completo control de la voluntad frente a ella. Puede alejarnos de nuestros seres queridos, atrofiar nuestra salud física, deteriorar nuestras relaciones y nuestro empeño escolar y laboral, etc.

Hazte la pregunta. ¿Qué tantas horas al día le dedico a esta actividad? ¿Puedo privarme de ella sin sentirme ansioso, soy totalmente dueño de mi voluntad frente a ella? ¿Algún hábito ha repercutido negativamente en mí y en mi derredor y por qué?


"Del placer haz poco uso si ilusión quieres tener; que abusando del placer, no hay placer en el abuso" Antonio Plaza



"Hay que echarle sal al mundo"

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